El Regreso

Hemos vuelto. Así de sencillo... Nuevos personajes, pero una misma ilusión, poco a poco cosechandose...

Un mundo que habiamos dejado atrás, nos ha hecho retroceder. Y es que hablando de Diablo, se pueden extraer muchos motivos para definir un POR QUÉ volver al pasado... porque cruzar un portal que te lleva directamente a querer empezar de cero, a volver a recordar, a sentir que esos mundos siguen ahí, y que aunque muchos mas lo hayan pisado en el tiempo en que nosotros estuvimos ausentes, esperaban en silencio nuestro regreso...

Tienen razón los que firmes aseguran que "el pasado siempre vuelve". Nuestro pasado ha vuelto, y nosotros con él. Habiamos decido emprender otro viaje: ilusión en mano, empezamos la travesía, y a medida que avanzabamos, recordabamos sitios y momentos que en suspensión se habían quedado, en la impaciencia de volver a ser recordamos...

El Campamento de las Arpías, el lugar donde todo comienza, donde todo se va a empezar a revelar... el inicio de tantas cosas... o donde todo se tradea. Volviamos al rincón donde la amenaza de Diablo comenzaba a desarrollarse. Fue lo primero que vimos en la travesía...

Cuando el Sol quemaba con mas fuerza, sabiamos que habiamos llegado a Lut Gohleim, siempre acompañados por la voz de Cain... alguien BÁSICO con todas las letras en Diablo2.

Después, Kurast, lugar de puerto y bañado en aguas negras... Mefisto nos daría, con un poco de suerte, algo de riqueza que nos valdría para subir al pico de la piramide, pero deberiamos pasar antes por el Demonio que llevaría el nombre del juego que había marcado nuestras vidas. Cruzando la Fortaleza del Pandemonium, de camino a Harrogath, donde una dulce música te hace sentir mas dentro de un mundo amenazado por los 3 Hermanos Mayores.

Ese sería nuestro recorrido, ida y vuelta, vuelta e ida... pero sin alejarnos de estos paises donde habiamos decidido volver a revivir la Leyenda del juego, la esencia de Diablo2, donde todo era posible. Habíamos vuelto... Y pensabamos quedarnos. Nuestra vida, y nuestra maná estaban llenas... la ilusión, aun más. ¡Comenzabamos entonces!