Metas


Llegar a la meta supone el fin de los esfuerzos, y el comienzo de otros. No puede haber nada mas gratificante al llegar a una meta que, simplemente, haber llegado.

Vivir con metas nos hace crecer y confiar en nosotros mismos. Sin metas, no hay unos logros, no hay la ilusión por alcanzar algo que nos hará mas felices. La lucha por esa meta y saber que cada vez estamos mas cerca genera esa confianza de la que hablo. La confianza del puedo conseguirlo.

Pero antes de cualquier lucha, está el buscar la meta. Y si no buscar, por lo menos esperar con los brazos abiertos a que ella venga.

Cada uno tiene su(s) meta(s). Meta es aquella que cuando la visualizas y te imaginas en ella, todo parece increible. Imaginas alcanzarla y obtener así una felicidad que nunca debe perderse, pero si incrementarse.

Meta es llegar al punto con el que siempre soñaste y pensar que ahora si, posiblemente, empieza la vida que siempre quisiste tener de cara a la vida.

Hay una meta vital, definitiva: el trabajo. Algo que marca practicamente toda la vida y que queda muy lejos de las metas como querer aprobar un examen o intentar convencer a alguien de algo.

Y yo, por mi parte... me he topado (Si nadie lo remedia) con mi meta. He encontrado el lugar de trabajo (Me refiero al ambiente en general, y no de ese programa con el que "estoy obsesinado" según fuentes fiables).



Un lugar donde creas que tienes tu mundo, tus historias y mejor aun: Que nadie pueda quitartela pero que si te entregue felicidad y satisfacción día tras días.

1 comentarios:

Josevi 5 de agosto de 2009 a las 16:15  

Llegar a la meta produce una efímera satisfacción que generalmente no puede compensar los esfuerzos necesarios para llegar a ella.

Lo importante no es la meta, sino el camino recorrido para alcanzarla.

Un saludo.